Cuanto me preocupa amar sin
que me ames, ese miedo que rosa con la locura, por sentir que quizá estoy dando
todo por poco o por nada…
Cuantas noches de insomnio pensado: ¿y si me amaras como yo?
Pero un gran amigo me dijo
un día, “que importa quién ame más a quién. El deber de quién ama es amar con
todo” se debe amar con nuestros gestos, con nuestra tristeza, con nuestra
alegría.
Incluso así estemos muriendo se debe seguir amando…
Porque en definitiva el amor es de cada uno y sí a quién quieres, no te quiere como esperas, no puede o no tiene esa capacidad de amar, finalmente es problema de él.
No queda otro camino que
seguir firmes en el amor, mientras crece, mientras perdura, mientras se acaba. No siempre quién ama más es quién
pierde, no siempre quién se muestra desnudo en cuerpo y alma ha de perderlo
todo.
Simplemente aprendió a volar más rápido que el resto, aprendió que incluso en el dolor hay algo de amor, comprendió que un adiós no significa para siempre, acepto que amar es darlo todo sin esperar, se dio cuenta que el verdadero amor es más feliz dando que recibiendo.
Porque en últimas así debe ser, enamorarse sin miedo para luego si hay que sufrir que no sea por arrepentimientos. Siempre hay algo más bonito, verdadero y sincero en el corazón de quién ama…
Gesenia Úsuga y Daniel Yepez
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